Cuando algo no funcione revisa el manual
No existirá nadie más capacitado para explicar las frases de un libro que su propio autor. ¿Quién como el pintor de un cuadro proporcionará significado a cada trazo y color? El diseñador de un hardware conocerá como pocos los entresijos de sus entrañas, y el experto que crea código fuente será quien mejor comprenda las intimidades del Sitio Web que acaba de diseñar. Si aceptamos que Dios nos ha creado, concluiremos que nadie mejor que él conocerá el interior del ser humano.
La complejidad de la criatura movió al Creador a diseñar un manual de instrucciones. Quien lo siga al pie de la letra alcanzará una vida exitosa. Ese manual se conoce con el nombre de Biblia.
Al observar la vida concluimos que, aunque fue perfecta en su creación, resulta imperfecta por la mala administración. La razón principal de tanto dolor y adversidad no se halla en quien proporcionó la vida, sino en aquellos que la administran. Un automóvil resulta muy útil, pero sobrepasar las normas de tránsito, provoca dolor y muerte. Asimismo, ignorar al fabricante y su manual de instrucciones, genera dolorosas aflicciones.
¡«Dios no me importa»!
¡«Dios no me importa»! Esta fue la respuesta que un hombre ilustre esgrimió cuando un periodista se interesó por sus creencias. Pasar de Dios es una de las principales razones del sufrimiento. Desoyendo al Creador, muchos diseñan sus propios manuales de instrucciones y se cocinan su religión «a la carta». Luego sufren y se preguntan por qué.
Al descuidar el manual de instrucciones divino muchas áreas dejaron de funcionar. El humano alejado de Dios comenzó a dejarse por el camino los afectos más elementales y naturales. Una de las primeras locuras que cometió fue asesinar a su propio hermano (Génesis 4:8). La separación de Dios produce enajenación (pérdida transitoria de la razón).
El cansancio y agotamiento de muchas personas tiene su raíz en el abandono, consciente o inconsciente, de las instrucciones dadas por el Creador. La buena noticia es que aún estamos a tiempo de revertir la situación volviéndonos a él. Cuando algo no funcione, revisemos el manual de instrucciones.
Tomado del libro Liderazgo. De la extenuación a la pasión.
Foto de Priscilla Du Preez en Unsplash
¡Buena reflexión!
Y que importante es ser conscientes de que no somos el fruto de la casualidad y de que hemos sido diseñados con un propósito.
Y Dios que nos conoce y nos creó, es el que nos revela por medio de ese manual de instrucciones, que es la Bíblia y nos enseña como caminar y como comportarnos.