Consideremos algunas ideas, actitudes o acciones que pueden conducirte al fracaso:

Pasos hacia los fracasos

Menospreciar los consejos bíblicos.

La vanidad en todas sus formas y manifestaciones. La obsesión por la apariencia es un transporte a la dolencia.

La procrastinación, definida en Wikipedia como «la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables». Tanto retraso te conducirá al fracaso.

El temor irracional. Existen temores preventivos y destructivos, fundamentados e irracionales.

Falta de autocontrol. Antes de liderar, tu ego has de domar.

Apoltronarte en tus zonas de confort o seguridad.

Propensión a abandonar tus proyectos ante los primeros obstáculos. Recuerda el dicho: «Arranque de toro bravo, parada de burro viejo».

Engañarte creyendo ser quien no eres. La humildad representa una eficaz muralla de protección. Escucha qué dicen de ti aquellos que te aman.

La incapacidad o dificultad para trabajar en equipo. Cuando nos sometemos los unos a los otros todo funciona mejor que cuando nos imponemos los unos a los otros.

La falta de integridad. Integridad es mucho más que honradez.

Un enfoque débil. Es mejor ser excelente en un área que medio excelente en cien. Enfócate, enfócate, enfócate.

La incredulidad, el pesimismo y el negativismo.

Dejar tu suerte en manos de la buena suerte. Como afirma el autor John Maxwell: «Si crees en la suerte, ¡buena suerte!».

Menospreciar el conocimiento. Poco entendimiento: mucho sufrimiento. Mantente aprendiendo.

Dejarse influenciar por personas con actitudes incorrectas.

Conformismo y falta de un espíritu de conquista. No olvides el viejo mandamiento: «Quiero que se reproduzcan, quiero que se multipliquen, quiero que llenen la tierra y la pongan bajo su dominio…» (Génesis 1:28 TLA).

Escoger la pareja incorrecta. Un yugo desigual es emparejarse con quien no comparte tu visión, pasión o misión.

Falta de propósitos, metas y objetivos correctos.

Perseguir sueños ajenos por falta de anhelos propios.

La mala administración del tiempo y de las finanzas.

Imaginarse cosas irreales. Ocupa bien tu mente. Filipenses 4:6-8.

Falta de entusiasmo. Actitudes negligentes.

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Foto de Kostiantyn Li en Unsplash


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