«Aunque comenzaste con poco, terminarás con mucho» (Job 8:7 NTV).

Muchos de los objetos que ahora ves o disfrutas (automóvil, electrodoméstico, TV, bolígrafo, etc.) comenzaron siendo un pensamiento, una idea fugaz, una leve impresión… De lo que no se veía surgió lo que se vería. El edificio más alto del mundo comenzó siendo un simple ladrillo, pero al principio los transeúntes solo percibían un enorme agujero en la tierra, algo horrible, feo, desordenado e informe. Pero día a día, paso a paso, ladrillo a ladrillo, cristal tras cristal, se erigió la belleza.

La vida es un proyecto de construcción que requiere acciones diarias. La perseverancia logrará mejor estancia que la inconstancia.

¡Nunca menosprecies lo pequeño!

Existen miles de microorganismos solo visibles a través de microscopios; sin ellos la vida resultaría imposible. En las pequeñas cosas se halla la vida, ¡jamás olvides esto! La naturaleza grita: «¡Nunca menosprecies lo pequeño!».

  • Pequeños esfuerzos edifican grandes obras.
  • Pequeños detalles construyen grandes relaciones.
  • Pequeños sacrificios marcan el destino de las personas.
  • Pequeños hábitos crean sólidos caracteres.
  • Cuando lo poco de muchos se junta, se obtiene lo mucho. Jesús tomó cinco panes de cebada y dos pececillos para alimentar a unos cinco mil hombres (Juan 6:9). Lo poco que tengas puede multiplicarse en las manos de Dios.
  • Las constantes —aunque en apariencia insignificantes— peticiones de una viuda, desbloquearon las puertas del palacio de justicia (Lucas 18:1-5).
  • Los árboles imponentes caen con golpes de hacha insistentes.
  • Un «te amo» diario facilita relaciones perennes.
  • Un pequeño acto de servicio construye un gran sentido de valía.
  • Escribe breves párrafos a diario y darás a luz un libro.

Lo minúsculo puede convertirse en mayúsculo. La constancia en los pequeños actos te conducirá al logro de grandes objetivos. Como afirma Rick Warren: «El roble solo es una pequeña nuez que se negó a ceder».

No menosprecies los pequeños detalles. Medita en lo que puedes llegar a construir con pequeños actos de bondad. A veces el éxito en nuestras relaciones no se alcanza realizando grandes cosas una vez, sino pequeñas cosas muchas veces.

Vete más allá de la rosa o el libro en el día de Sant Jordi, de una cena romántica en el día de San Valentín o del típico detalle por el cumpleaños o el aniversario. Piensa en cuántas pequeñas semillas de bondad puedes sembrar a partir de hoy.


Imagen cortesía de Bruno Nascimento en Unsplash


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