Vieja, pero que muy vieja, es la queja. Es tan antigua como el ser humano y causa estragos allá donde se presenta. La queja afecta: A ti mismo. A tu carácter —lo que eres—, y a tu reputación —lo que reflejas—. A Dios. Quejarse es un modo de culpar a Dios por lo imperfecto de las personas […]