Un dicho popular afirma: «Arranque de toro bravo, parada de burro viejo». Describe el carácter de quienes inician un asunto con gran ímpetu, para luego ir perdiendo fuelle a medida que encuentran obstáculos en el camino.

No siempre alcanzamos a la primera aquello que perseguimos. La historia nos ha dejado testimonios de hombres y mujeres que no se dieron por vencidos en los tiempos de adversidad. Los ejemplos que siguen se encuentran en el Manual de anécdotas e ilustraciones de Samuel Vila.

«Una vez, después de una serie de experimentos infructuosos, un científico se negó a admitir su fracaso. “No hemos fracasado todavía —le dijo a su colaborador desanimado—. Ahora sabemos que hay mil procedimientos que no dan resultado, así que estamos mucho más cerca de hallar el que lo dará”. Su nombre: Thomas Edison».

«Un muchacho era tan lento en aprender a hablar, que sus padres creyeron que era anormal, y sus maestros declararon que era un retrasado mental. Sus compañeros de clase evitaban tener tratos con él y rara vez le invitaban en sus juegos. Suspendió su primer examen de entrada en un College en Zurich, Suiza. Un año más tarde se examinó otra vez. Con el tiempo llegó a ser un científico eminente. Su nombre: Albert Einstein».

«Hubo un muchacho inglés a quien llamaban cabeza de zanahoria los otros estudiantes, y algunos profesores suyos afirmaron que “tenía muy pocas probabilidades de tener éxito en la vida”. Suspendió dos veces el examen de ingreso en la academia militar. Después de recibir clases particulares consiguió entrar a la tercera vez. Después de esto se puso a estudiar en serio y pronto el mundo empezó a tener noticias acerca de él. Su nombre: Winston Churchill».

Insiste hasta lograrlo

La Biblia revela también que ciertos milagros o acontecimientos importantes se dieron tras varios intentos.

  • José atravesó no pocas situaciones dolorosas antes de ver cumplidos sus sueños. ¿Cuánto estás dispuesto a soportar hasta ver alcanzados tus sueños?
  • Josué tuvo que dar trece vueltas alrededor de la ciudad para ver sus murallas caer (Josué 6:1-5). ¿Qué acciones —aparentemente ilógicas y absurdas— estás dispuesto a emprender hasta derribar los obstáculos que te impiden conquistar?
  • Samuel fue llamado por Dios en tres ocasiones (1 Samuel 3:1-10). ¿Cuántas veces tendrá que hablarte Dios hasta que logras discernir su voz y sus propósitos para tu vida?
  • Elías tuvo que tenderse tres veces sobre el niño muerto antes de que Dios respondiera su oración y resucitará al muchacho (1 Reyes 17:21-24). ¿Cuántas veces estás dispuesto a orar por la misma necesidad hasta concebir el milagro?
  • Siguiendo las directrices del profeta Eliseo, siete veces debió lavarse Naamán en el río Jordán para ser limpio de su lepra (2 Reyes 5:10-15). ¿Estás dispuesto a abandonar tu arrogancia y dejarte guiar, con tal de obtener la salud en cualquier faceta de tu vida?

Son muchos los ejemplos que hallamos en la Biblia acerca de la necesidad de insistir hasta vencer:

  • Cinco veces fue intimidado Nehemías para que detuviera su obra (Nehemías 6:1-15).
  • Siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse (Proverbios 24:16).
  • Veintiún días fueron los que tardó Daniel en recibir la respuesta a sus oraciones (Daniel 10:1-14).
  • Setenta veces siete son las veces que deberás conceder el perdón ¡a la misma persona y en el mismo día! (Mateo 18:21-22).
  • Dieciséis variedades de penurias experimentó el apóstol Pablo durante el desempeño de su ministerio (2 Corintios 11:16-33). Curiosamente, sería él el autor de las palabras siguientes: «No nos cansemos de hacer el bien. A su debido tiempo cosecharemos numerosas bendiciones si no nos damos por vencido» (Gálatas 6:9).

La gran pregunta

¿Cuánto estás dispuesto a soportar con tal de cruzar la meta y obtener tu premio?


Foto cortesía de Paréj Richárd en Unsplash


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