Liderazgo: ¿servir o ser vil?

¿Quién es el más importante?

«Después comenzaron a discutir quién sería el más importante entre ellos. Jesús les dijo: “En este mundo, los reyes y los grandes hombres tratan a su pueblo con prepotencia; sin embargo, son llamados ‘amigos del pueblo’. Pero entre ustedes será diferente. El más importante de ustedes deberá tomar el puesto más bajo, y el líder debe ser como un sirviente. ¿Quién es más importante: el que se sienta a la mesa o el que la sirve? El que se sienta a la mesa, por supuesto. ¡Pero en este caso no!, pues yo estoy entre ustedes como uno que sirve”» (Lucas 22:24-27 NTV).

Jesús nos dio ejemplo de lo que es un liderazgo de servicio; nos mostró que se puede liderar e influir desde una posición de entrega y servicio. Lamentablemente, muchos individuos relacionan liderazgo con presión y opresión, olvidando el servicio y la compasión. Conciben a la gente como utensilios a su servicio y exigen el máximo esfuerzo y sacrificio para que su nombre o el de su organización acaben encumbrados. Al considerar a las personas, se preguntan: «¿Qué puede hacer este individuo por mí?» Pero un líder como Jesús se pregunta: «¿Cómo puedo ayudar a las personas de mi empresa y organización a desarrollarse? ¿Cómo les puedo ayudar a triunfar? ¿Qué puedo hacer para mejorar sus vidas?».

EL CARÁCTER DEL LÍDER

«Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad» (Juan 1:14 RVR1995). De estas palabras de Juan extraemos importantes enseñanzas respecto al carácter del buen líder.

  1. Identificación, empatía, humildad, adaptación, sencillez («se hizo carne»).
  2. Cercanía, proximidad, accesibilidad («habitó entre nosotros»). Nota el «entre nosotros» a diferencia del arrogante líder que se visualiza «por encima de nosotros». Muchos líderes son inaccesibles, intocables, intratables e inmorales: la fórmula perfecta para el desastre.
  3. Rebosante de amor, generosidad, paciencia, entrega («lleno de gracia»).
  4. Comprometido con la integridad, la sinceridad y la transparencia («lleno de verdad»). Y añadimos algo más…
  5. Beneficios para su gente, crecimiento, prosperidad («de la abundancia que hay en él, todos hemos recibido bendición sobre bendición»). Juan 1:16 NBV.

Cada vez más empresas en muchos lugares del mundo están adoptando el modelo de liderazgo de Jesús, nos referimos a empresas —y organizaciones— no religiosas que han comprobado como estos principios resultan efectivos, principios que colocan al líder donde debe estar, ¡y a las personas también!

Miles de personas han descubierto que una correcta espiritualidad genera creatividad, responsabilidad, caridad, humildad y productividad.

¿Eres un líder? ¿Estarías dispuesto a permitir que estos principios formaran parte de tu liderazgo? ¿Qué cambios implementarías?


Imagen cortesía de Rod Long en Unsplash


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